Durante su estancia en Fatehpur-Sikri Akbar mostró un gran interés por temas religiosos; se dice que quiso unificar las religiones y como muestra de ello tomó cuatro esposas de cuatro religiones diferentes; de ellas posiblemente su preferida fue María, cristiana de origen portugués. Llegó incluso a concebir una religión propia; y aunque no logró, como pretendía, una única religión para su imperio fue quizás el precursor de la tolerancia religiosa que, salvando las excepciones, existe en la India actual.
Fatehpur Sikri ocupaba un cerro rocoso cuya cima se extiende en dirección noreste-sudoeste; y estaba rodeada de una muralla por tres lados, pues al noroeste se extendía un gran lago, actualmente seco. Aún se conserva parte de la muralla y algunas puertas.
La Mezquita y el Palacio Imperial constituyen una obra maestra única. Separados por una corta distancia suelen recorrerse de sur a norte; ello supone un largo paseo que, como todo en la India, se realiza con calma.